A partir de la temporada 1942/43, durante 5 temporadas, y coincidiendo con la presencia de Manuel Meana en el banquillo, el club remontó su situación deportiva que llegó a ser estimable aunque nunca llegó al nivel anterior al de la guerra. En estos años se formó la llamada tercera delantera eléctrica formada por Antón, Goyín, Echevarría, Herrerita y Emilín, aunque tuvieron importante participación como goleadores Cabido y Lángara, que retornó de su exilio para jugar una temporada más con el Real Oviedo antes de su retirada del fútbol como jugador.
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